¡Descubre una joya escondida en el corazón del Centro San Miguel de Allende con vista a La Parroquia! 

Entra y déjate llevar por una obra de arte y arquitectura. Techos altos de tejamanil mexicano restaurado, iluminación espectacular y una cúpula de metal y vidrio de 25 pies de altura que inunda el espacio interior con luz de día y estrellas de noche.

Una sala en el vestíbulo principal de la recepción es seguida por una de las cocinas más bellamente diseñadas y elaboradas; gabinetes de madera maciza de aliso tallados a mano por EVOS y mostradores y campana extractora de mármol crema maya tallado, hechos a medida en Yucatán. Desde la cocina, salga al patio central con pisos y escaleras de cantera cortada y escaleras de caracol de metal, una escena de un M.C. Ilustración de Escher.

La casa cuenta con tres dormitorios, cada uno con su propio baño y azulejos de talavara vintage. Si bien los techos de madera se pueden encontrar en todas partes, un dormitorio tiene un techo de bóveda de ladrillo. Y extremadamente raro para las casas dentro de la zona histórica de la UNESCO, esta casa da a dos calles con acceso a un garaje separado para un automóvil pequeño. El garaje también tiene un cuarto baño completo, que actualmente se usa como cuarto para el personal, un cuarto de lavado y un sistema completo de purificación de agua. Si no necesita el uso de un garaje, este espacio se adaptaría perfectamente como un gimnasio de entrenamiento o se convertiría fácilmente en una casita estudio con acceso directo a la calle. La casa tiene aproximadamente 2,375 pies cuadrados de construcción.

La casa tiene dos espacios en la azotea; un "jardín secreto" para disfrutar de una tarde tranquila leyendo o pintando y una segunda gran terraza con vistas de 360 ??grados de San Miguel, incluidas vistas de la Parroquia, Monjas, la Iglesia de San Antonio, así como las colinas al este y puestas de sol siempre espectaculares en el Oeste.

Ubicado a tres cuadras del Jardín Principal (y la Parroquia), a dos cuadras del Parque Juárez, a una cuadra del brunch dominical en el hotel Rosewood y simplemente puede caminar hasta la puerta de su casa y descubrir el surgimiento de galerías de arte, tiendas y restaurantes. por las calles Hernández Macías y Zacateros. ¡Este es el vecindario para vivir! Y esta es una verdadera joya para llamar hogar.